Jardín Alemán

La semana pasada estuve en la Región del Maule, en la ciudad de Talca y conocí un jardín con una historia bien bonita. Al entrar nos anunciamos tocando una linda campana; salió a recibirnos María Daza, muy simpática y atenta. Comenzamos el recorrido y al descubrirlo nos encantó: no es muy grande, pero tiene una distribución que lo hace ser mágico y misterioso, además tenía por distintos lugares unas figuras de enanos muy lindas.
Me contó que ella había trabajado empleada en el jardín alrededor de 12 años. Cuando su jefe y dueño del Jardín Alemán se enfermó gravemente, se debió ir a Santiago al cuidado de sus hijos. entonces, María y los demás trabajadores sintieron la incertidumbre por su trabajo y tristeza por lo que le estaba pasando a su patrón, más aún cuando al tiempo falleció.
Los trabajadores, al ver que su jefe ya no estaba con ellos, se preguntaron que ocurriría con ellos y con este lindo jardín. Pero, para su sorpresa, los hijos del dueño decidieron entregarles el jardín para que perpetuaran el nombre y la belleza.
Es así como hoy en día los trabajadores son los dueños de este jardín que está a cargo de María: está ubicado en la carretera camino a Pelequén, a mano derecha.
Entre las especies que me interesaron encontré unos agapantos enanos, muchas hierbas aromáticas, lobelias, liquidambar, hebes, alisum, buganvillas y gramíneas.
Al irnos nos provocó tanta felicidad el conocer una persona así y pensábamos lo contento que debe estar su creador.